I AM AT TWO WITH NATURE

sábado, 27 de diciembre de 2008

encontre EL cuento

no se, salio de la nada
el que lo escribio es un verdadero idolo de la literatura

Feliz verde
Resulta que el gran lobo negro estaba con un embole bárbaro. Lo mas emocionante que había oído en los últimos días era el relato de el tortugo Manuel. Este le había contado que tenia una hermana que se había hecho un lifting en Europa y no se que mas. Entonces el gran lobo negro salio a correr de noche por la ruta, con ropa negra y a contramano. Pero entonces un camión lo hizo percha, y el gran lobo negro fue a parar al hospital “Feliz Verde”. Allí atendían unos chimpancés jamaiquinos que se reían siempre. Entonces le aplicaron una medicina alternativa que lo puso a mil. Y se curo y le comento a todos del hospital; y todos se querían accidentar. Entonces hicieron una reunión que se denomino “La Fiesta del Accidente”. Y todos llevaban algo a la fiesta. Algunos llevaban cajones de birra y jabón en polvo, otros bananas de goma y especias de Don Torcuato. Todo transcurría en paz hasta que el canguro Marcio se estaba atando los cordones con una pierna en el aire y se callo. La hiena se empezó a matar de la risa y el canguro le dijo: —¿De que te reí — y le calzo un roscazo en la pera. Con tal mala suerte que la hiena cayo encima del león Valerio, que se estaba tomando un helado de mondongo. El helado se cayó y le quemo las piernas al león, que se levanto re-caliente. Entonces empujo a la hiena con una flatulencia olorifica, y la hiena cayo encima de la ensalada de lechuga, chorizo, chaucha, chinchulines, chocolate, churros y achuras con achicoria y remolacha con choclo y pancho con chucrut, ketchup y champiñones, la especialidad de la casa. Y el cocinero hipopótamo le dio una viaba a la hiena con la cuchara de madera en la cabeza, pero salto el cocodrilo por la hiena y le mordió las bachichas al hipopótamo. Este cayo sobre la mesa de las pastillas espaciales y quedaron desparramadas por todos lados. Ahí fue cuando los mapaches se aceleraron y hacían coreografías de baile, con setecientos cambios por minuto. Los elefantes se asustaron y se subieron a upa de las hormigas; pero las hormigas se cansaron y los tiraron por la ventana —A los diez minutos todo era trompadas y garrotazos, chancletazos y empanadas de puré. Hasta un perro pastor ingles dijo: —— ¿guat japening jiar? — pero nadie le dio bola con el tremendo tole-tole que se había armado. Al final de la fiesta, todos estaban estrolados y fueron así a parar al hospital “Feliz Verde”.—Se comenta que todos se quedaron a dormir allí excepto la hiena, a quien se la acuso de “alta risa” y fue en cana al zoológico de Palermo (el de Martín).—Fin

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